Desde ArqueoNostrum nos hemos preguntado, ¿qué tipo de población
vivía en Itálica? El modo más adecuado de averiguarlo, es acudir a las
necrópolis. Para comentar este tema, vamos a utilizar el siguiente enlace.
Se trata de un libro on-line titulado Itálica Arqueológica, escrito por Antonio Caballos Rufino, Jesús
Marín Fatuarte y José M. Rodríguez Hidalgo (Sevilla, 1999).
El enlace nos lleva directamente al apartado en que se trata el
mundo funerario romano en la ciudad que estamos tratando.
Así, al inicio podemos encontrar una breve exposición sobre la
importancia de los ritos funerarios como forma de aplacar el dolor ante la
muerte de un ser querido.
Las necrópolis
En Itálica, como en el resto de ciudades romanas, las necrópolis
se encontraron en las afueras de la ciudad, junto a la muralla y junto a los
costados de las vías que parten de cada puerta de la ciudad.
En la vía que unía Itálica con Hispalis se extiende la denominada necrópolis
del Arroyo del Cernícalo, siendo una de las más destacadas por haberse
encontrado aquí los materiales más antiguos del yacimiento –desde el periodo
republicano-. Su uso fue continuado, encontrándose también enterramientos
tardorromanos y cristianos.
Resultados de las
campañas de prospecciones geofísicas y electromagnéticas llevadas a cabo en
diferentes puntos de la antigua ciudad de Itálica. Gil de los Reyes, M. S. y
Pérez Paz (2005): Itálica. Guía oficial del Conjunto Arqueológico, Sevilla,
desplegable entre pp. 160 y 161.
Hacia el oeste de la ciudad encontramos otra zona de enterramiento
donde se encontraron algunos sarcófagos de plomo tardorromanos pero también hay
un epígrafe funerario fechado hacia mediados del siglo I d.C.
Hacia el norte, dirigiéndonos hacia Emérita, se halló la necrópolis
de Las Alcantarillas y de aquí procede el mayor número de epígrafes
encontrados en Itálica. Esta vía que va hacia el norte llegaba hasta el
anfiteatro y, justo aquí, han ido apareciendo enterramientos de incineración,
que consisten en un monumento semicilíndrico, elaborado con ladrillo y que se
conoce con el nombre de cupae; en la
parte superior tiene una parte plana para colocar las ofrendas y bajo esta, se
coloca una placa que indica quién es el difunto. Datadas hacia mitad del siglo
III d.C., se pueden distinguir tres épigrafes de este tipo. Uno de ellos
pertenece a una mujer pero su nombre está incompleto. El segundo está dedicado
a Pontius Caecilius Donatus, alguien cuyo origen familiar se encuentra
documentado en Itálica mucho tiempo atrás. El último epígrafe que vamos a
destacar aquí es el que se elaboró para Aurelius Ugaiddillus, indígena o
extranjero que llegó a la ciudad y recibió la ciudadanía romana.
Foto extraída de Junta de Andalucía. Consejería de Cultura.
Al este de Itálica se
han reconocido algunas necrópolis más. Es en este lugar donde se encuentran las
necrópolis de La Vegueta y El Pradillo, que tienen enterramientos
tardorromanos y visigodos. Entre estos, también se encontraron algunos
cristianos como podemos observar en la siguiente imagen.
Enterramientos con cubierta de tegulae documentados en el pórtico trasero del teatro. (Fot. J.M. Luzón Nogué).
El resto de epígrafes se encuentran en
muy mal estado, haciendo casi imposible su lectura e interpretación, a
excepción del que se presentan a continuación:
Dedicado a Lituccia Primilla. Foto extraída de Hispania Epigraphica
La página que hemos señalado resulta sencilla
de leer. Nos da todavía más detalles y esto se acompaña con imágenes de los
propios epígrafes y también con mapas.
Lo ideal sería poder reconstruir todos
estos epígrafes para poder completar el análisis onomástico, es decir, el
estudio de los nombres de los difuntos, y que esto nos ayude a descubrir qué
población habitaba en la ciudad romana de Itálica. Desgraciadamente, esta es
una tarea muy complicada y casi imposible puesto que, como ya se ha dicho, la
mayor parte de las inscripciones funerarias no pueden leerse.
Os lo ha contado: Sandra
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