viernes, 25 de diciembre de 2015

LA CONFIGURACIÓN DE LAS CIUDADES ROMANAS


Es Navidad, pero en ArqueoNostrum no descansamos.
Si todavía queréis conocer mucho más sobre esta bella ciudad, os presentamos otra página:
Observando la página en su conjunto, volvemos a encontrarnos que es creación de un profesor o profesora para acercar un tema de estudio a sus alumnos de una forma más interactiva. Cuando entramos en dicha página observamos a la derecha un menú con enlaces, a través de los cuales vamos viendo cuál es el desarrollo de las ciudades y los diferentes usos del suelo en cada parte de ellas. Además, en cada apartado se incluyen una serie de actividades que los visitantes pueden realizar también.
Lo que nos interesa es la ciudad en época romana, que se encuentra en el apartado Evolución Histórica.

En primer lugar, se hace referencia a la extensión del Imperio Romano desde el siglo III a.C. al V d.C. En los territorios conquistados se fueron asentando cuestiones como la lengua –el latín– y la cultura –la aplicación del Derecho romano, el arte, etc.–.
A nosotros nos interesa en especial lo que ocurre en Hispania. Al completar su conquista, dividieron la Península Ibérica en dos provincias –la Ulterior y la Citerior- aunque con el tiempo se fueron desarrollando otras nuevas. Como se dice en la misma página “para facilitar la conquista, los romanos construyeron nuevas ciudades o renovaron las que ya existían”.

A continuación hay un plano de la ciudad de Itálica, que da pie y nos ayuda a desarrollar cómo eran construidas las ciudades romanas.


Plano ortogonal que daba paso a manzanas regulares. Estas quedaban divididas por dos calles
principales, más anchas que el resto. Son el Cardo (cruza la ciudad de norte a sur) y el Decumano (de este a oeste).
En el cruce de estas dos calles se construían los edificios más importantes. En el mundo romano, nos referimos al Foro, el mercado y las termas.
El cardo y el decumano iban a parar a las cuatro puertas de entrada y salida. El conjunto de la ciudad quedaba rodeado por una muralla defensiva.
Se incluían, como hemos visto en entradas anteriores, toda clase de edificios, para el ocio o para la vida política.
El agua, como ha ocurrido siempre, era de importancia vital por lo que resultaba determinante para escoger el lugar de emplazamiento de la ciudad. Si la fuente de abastecimiento quedaba lejos, se construían acueductos que transportaran el agua y dentro de la propia ciudad se disponía de un sistema de tuberías y cloacas.

En Itálica se distinguen dos ciudades: la Vetus Urbs o ciudad vieja, construida por Marco Ulpio Trajano y la Nova Urbs o ciudad nueva. Esta última se desarrolló por orden directa del emperador Publio Aelio Adriano, denominándose Colonia Aelia Augusta Itálica y se mantuvo como uno de los más importantes centros desde el segundo tercio del siglo II d.C. hasta su decadencia (siglos III y IV d.C.).

Lo más importante que debemos tener en cuenta, es que a la hora de construir las ciudades ex novo, no se escogía un lugar cualquiera. Todo llevaba un proceso en el cual, los augures tenían un papel principal.



Os lo ha contado: Sandra


No hay comentarios:

Publicar un comentario